Si no
había prisa, porque las ventas fueron buenas y se había acabado de
vender todo lo que llevábamos, incluso se habían adelantado unas compras,
podríamos ir al parque a comernos un helado. Mientras tanto ojeaba el parque
que estaba rodeado de grandes materas, donde se sentaban los enamorados a divisar
el paisaje y hacer planes para el futuro, los niños corrían con gran
alegría unos a pie otros en cicla o triciclos
y se tomaban una foto para el
recuerdo. Ya no quedaban ni rastro de lo
que había sido la plaza de mercado unos pocos años atrás, pues su paisaje había
cambiado considerablemente, quitándole su empedrado, tumbado los árboles que
tenía, la rellenaron para que quedara
plana y le construyeron materas en ladrillo prensado y piso en concreto y ladrillo prensado para
adornarlo, esto como presentación al palacio municipal que apenas había sido
terminado de construir en 1967, después
de varias detenciones debido a la falta de recursos, 31 años demando esta obra
llamada Palacio Municipal, (Según,
Raúl Martínez, tesis de grado, Desarrollo Urbano 1880-1970[1]y
todavía no existía ninguna estatua, ni fuente, también le habían adaptado unas
sillas en cementó al su alrededor para que allí descansaran los parroquianos. Y
si Papá estaba generoso me daba para montar un cuarto de hora en triciclo y me
ayudaba a empujarlo, eso sin antes recomendarme que no le contara a mis
hermanos porque entonces ellos también querían hacer lo mismo y con la promesa
que me portara juicioso en la casa (después descubrí que con todos hacia lo
mismo).
[1]Félix Raúl Martínez, Desarrollo Urbano de Fusagasugá
1880-1970,Bogotá, trabajo de grado para optar
al titulo de Historiador, departamento de Historia, facultad de Ciencias
Humanas,2001,P,69 Universidad Nacional
de Colombia.
